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10 DE OCTUBRE DE 1960

Alan Williams regresó a Hamburgo para una visita. Los Beatles habían tenido problemas con su tarima en el Kaiserkeller que era mucho más grande que los que solían utilizar todos brillantes y encerados. Koshmider se quejaba con Williams a quien le gritaba: “Make a Show Boys!” y los obligaba a moverse por todo el escenario. Koschmider, quien no hablaba inglés, solía gritar: “Mach Schau!” Más adelante, ellos lucirían cansados y extenuados a lo que Koschmider los incitaba a “Mach Schau!”. Su acto se transformó: entonces John y los otros comenzaron a lanzar los micrófonos y los instrumentos sobre el escenario. Fumaban, bebían y algunas veces peleaban sobre el escenario. John una vez salió a tocar en paños menores y llevando el asiento de un inodoro alrededor del cuello. Pintaban esvásticas en sus viejas chaquetas y hacían el ilegal saludo “Seil Heil” gritándoselo a la audiencia. El público los amaba. El insulto a los clientes no era muy bienvenido, pero atrajo largas colas de ellos. La banda tenía media hora entre acto y acto para descansar, lo que aprovechaban para beber o –a excepción de Pete – para tomar benzedrina que la conseguían únicamente para soportar los últimos dos sets. Los gangsters que se encontraban entre el público les enviaban cajas de cervezas y Preludin; era muy delicado rechazarles los regalos a ésta clase de gente. Los Beatles y Rory Storm competían para ver quien de los dos grupos demolían la tarima del club. Rory Storm ganó la apuesta durante una entusiasmada versión de “Blue Suede Shoes”. El indignado dueño le envió la factura por DM65 por los daños causados.

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