En este momento, para el grupo entero, aún incluso para Paul, quien se había resistido más, sabían que los conciertos tenían que parar. Con la posteridad en mente, le pidió al jefe de prensa de Los Beatles, Tony Barrow, que grabara la actuación en su grabadora de mano. George expresó su alivio en el avión de regreso a casa: "Esto es todo. No soy más un Beatle", anunció.
John: “En nuestro último tour, nos traían personas totalmente ciegas, lisiados y niños a nuestros camerinos y algunas madres les decían a sus hijos: ‘anda ve, dale un beso que a lo mejor al regresar recuperas la vista’. No éramos crueles. Habíamos visto suficiente tragedia en Merseyside, pero cuando una madre nos decía ‘solo tócalo para que pueda caminar nuevamente’, lo que queríamos era salir corriendo, llorar, o vaciar nuestros bolsillos. Nos comportábamos lo más normal posible, si no, nos mataban”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario