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14 DE JUNIO DE 1964

Ringo arribó a Sidney ante la ya acostumbrada gritería de los fans y el clamor de la prensa. Ringo habló con los reporteros acerca de sus anillos, su preferencia en las bebidas (“me enciendo con un Escocés del Bourbon”) y dijo: “He escuchado que Uds. tienen un puente o algo así aquí. Nadie me ha dicho nada aún, ellos solo tocan a mi puerta me sacan de la cama arrastrándome hasta la ventana para que vea los ríos y el paisaje. Hasta ahora, todo me ha gustado”. Le preguntaron si ya se había cortado el cabello a lo que contestó con brusquedad: “Por supuesto, me incliné hasta los tobillos para que lo hicieran”. Después de estar 20 minutos en Sidney, Ringo y Brian Epstein volaron hacia Melbourne donde la multitud que los esperaba en el aeropuerto era inmensa, ya que también esperaban a los otros miembros del grupo que llegaron 5 horas más tarde. Brian y Ringo llegaron al Southern Cross Hotel, donde cerca de 3.000 fans los esperaban en los alrededores. El inspector de la policía Mike Patterson decidió pegar una carrera a través de la multitud con Ringo en sus hombros. Desafortunadamente, el hombre tropezó cayendo sobre el “PR Beatles Woman” y lanzó a Ringo a los brazos eufóricos de estas mujeres. Patterson rápidamente sacó a Ringó y lo empujó dentro del hotel, el músico estaba blanco como un papel. Sus primeras palabras fueron: “Danos un trago. Esta ha sido la carrera más violenta que he tenido en toda mi vida” y se fue directo a su habitación a descansar.

Los otros Beatles dejaron su hotel a las 12:15 pm y volaron desde Adelaida a Melbourne en un vuelo fletado por Ansett ANA Fokker Friendship. Aterrizaron en el aeropuerto Essendon ante una frenética bienvenida otorgada por 5.000 gritones fans. La multitud que se había congregado en las afueras del hotel era tan grande, que tuvieron que llamar como refuerzos a la armada y a la naval para hacer barricadas que pudieran contener la locura de los fans. Su ruta por la ciudad era seguida por cerca de 20.000 fans, la mayoría con la intención de trasladarse a su hotel a pesar del cerco policial. Protegidos por 12 motociclistas el grupo llegó al hotel cerca de las 4:00pm y fueron conducidos hasta la entrada del estacionamiento al unísono con el camión de la policía que habría paso con la sirena. Frente al hotel, había cerca de 300 policías y 100 militares conteniendo a la multitud, algunos carros fueron aplastados y muchas personas salieron con huesos rotos por los empujones, además de contabilizar cerca de 150 muchachas que salieron igualmente heridas al caer de los árboles en donde se había montado. 50 personas, la mayoría adultos, fueron llevadas al hospital por las heridas causadas en los aplastamientos. Cientos de muchachas se quitaron los sweters y muchas otras perdieron los zapatos. Para evitar más heridos por los empujones, se les solicitó a Los Beatles que aparecieran ante el público y los cinco hicieron caso, acercándose al balcón del primer piso a saludar. El ruido que hacía la multitud era tan estruendoso que parecía que estuvieran en Nuremburg, a lo que John prontamente empezó a saludar como los Nazis y a gritarles “Sieg Heil”, colocándo sus dedos en la boca para imitar al famoso bigote de Hitler. Una vez que estuvieron todos Los Beatles juntos, comenzó la conferencia de prensa incluyendo a Jimmy Nicol, aprovechando la ocasión para despedir a Nicol y agradeciéndole por los servicios prestados. Jimmy: “los muchachos fueron bien amables conmigo, aunque me sentí como un intruso. Ellos me aceptaron, pero no puedes entrar a un grupo así como así. Ellos tenían su propia atmósfera, su propio sentido del humor. Es algo así como la camadería entre amigos que no puedes romper o amoldarte al instante por más que quieras”. Los Beatles celebraron su reunión con una fiesta y chicas del lugar hasta las 4:00am. Jimmy Nicol no estuvo presente.

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