Mientras continúan en Los Angeles de vacaciones, Paul y Linda deciden ir a darle una visita a Brian Wilson, el ahora miembro recluso de los Beach Boys, en su casa de Bel Air. El golpe de los McCartney sobre la puerta dura más de una hora, pero Wilson rechaza dejarlos entrar. Paul y Linda saben que Brian está allí, porque pueden oírlo dentro silenciosamente gritandose a sí mismo. Sin alternativas, Paul y Linda se marchan de la casa y van para otro lado.
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