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2 DE AGOSTO DE 2006

El divorcio de Paul McCartney ya es una guerra. Paul se pelea "hasta por los detergentes" con su ex mujer Heather Mills, además le bloqueó las cuentas y cambió las cerraduras de sus mansiones. La llama "traidora" y la modelo lo trata de "jubilado". Los diarios británicos coinciden en señalar que "todo vale con tal de hacerle daño al otro, esto es la guerra" son los títulos más destacados. Paul y Heather "ya no se pueden ni ver y se pelean hasta por los detergentes que quedaron en la cocina", según un amigo de la pareja que entrevistó el "Sunday Mirror". El músico de 64 años bloqueó todas las cuentas en común y la modelo de 38 años ya no tiene acceso a ninguna de las propiedades porque Paul cambió todas las cerraduras, incluso no le permitió aterrizar con el helicóptero en su mansión tras acudir a una consulta médica. Otro periódico londinense, "News of the World", afirmó que el ex Beatle llamó a Hills "traidora" después que la ex modelo se quejara públicamente que "la había dejado plantada" señalando que "jamás volvería a entablar una relación con un jubilado". McCartney, muy dolido con lo del "jubilado", ahora dice que su ex mujer "no va a ver ni un euro de su fortuna". Sus familiares dicen que parece haber envejecido diez años en pocos meses, modificando el panorama de lo que anunciaron el día de su separación en mayo cuando pretendían que fuera "amistosa". Periódicos británicos dieron cuenta del agresivo rumbo que tomó en los últimos meses el quiebre del ex Beatle y la otrora modelo, casados en junio de 2002. "La separación amistosa se acabó, los dos se pelean como perro y gato", agregó un allegado, señalando que la disputa gira en torno al reparto del patrimonio, de más de 1.000 millones de euros, y la custodia de la hija de la pareja, Beatrice, de dos años.

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