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17 DE AGOSTO DE 1960

Los Beatles y compañía llegaron a Hamburgo a primera hora de la tarde.


Se firmó un contrato entre Alan Williams Jacaranda Enterprises y Bruno Kochmider el cual proveía a los 5 integrantes de Los Beatles, 30 Marcos a cada uno por cada día trabajado. Comenzaron a trabajar inmediatamente en el Indra, en la calle 58 de la Grosse Freiheit. Tocaron los 7 días de la semana de 8 pm a 9 pm, de 10 a 11, de 23 a 24 y de 1 am 2 am. Los sábados comenzaban de 7:00 pm a 8 pm, de 21:00 a 23 pm y de 0 a 3 am. Los domingos comenzaban aún más temprano: desde las 5 de la tarde hasta las 6, de 18:30 a 19:30, de 8 pm a 9 pm, media hora después hasta las 10:30 pm, de 23 a 24 y finalmente, de 12:30 am a 1:30.


Paul recuerda: “En Hamburgo, la mayoría de las veces tocábamos por ¡8 horas diarias!. Tocar por tanto tiempo, te permite conseguir cientos de tonos, más que ninguna otra cosa, así que era lo que solíamos hacer durante nuestro trabajo de ocho horas, tratábamos de no ser repetitivos. Esa era nuestra pequeña ambición, no parábamos hasta conseguirlo. Eso nos dio millones de canciones, muchas de ellas las conseguíamos con un simple ‘Dum-da-Dum-da-Dum’ por cerca de media hora. Gritábamos cosas que los alemanes no pudieran entender como “Knickers”, y así mantener nuestro propio ambiente de diversión, pero generalmente éramos fiel a nuestro programa”. George comenta: “cuando piensas de manera sensata, te das cuenta que nuestro sonido proviene realmente de Alemania. Fue ahí donde aprendimos a trabajar por horas y horas hasta el cansancio y procurábamos mantenernos firmes ante el público a pesar de que nuestros brazos y nuestras piernas ya no daban para más”.


Solo Paul y John eran los que cantaban antes de su primer viaje a Hamburgo, pero con sesiones de 8 horas diarias, eso significó que George tuviera que compartir ese trabajo y para la época en que regresaron a Liverpool, ya eran tres los cantantes. Los Beatles se llevaron bien con Tony Sheridan y su grupo: “The Jets”. Paul y Ian Hines el tecladista de “The Jets” salían con dos camareras de Hamburgo, la de Paul se llamaba Liane. Ian comenta: “Cada noche, al terminar de trabajar, Liane nos recogía en su pequeño Volkswagen a eso de las 4 am y nos llevaba a su departamento donde nos brindaba café y escuchábamos discos. Paul y yo solíamos poner los discos de Elvis y los Everly mientras Liane nos preparaba unas suculentas hamburguesas típicamente alemanas y café”.

Cuando Los Beatles llegaron al Indra, estaban totalmente quebrados. Rosa, la Sra. de la limpieza, les regalaba algunos marcos y así podían cruzar la calle hasta Harold’s Coffee para procurarse una ración de papitas fritas, un tazón de Corn Flakes y sopa de pollo. Rosa les lavaba las camisas y las medias, les regalaba barras de chocolate y a veces, Paul vivía con ella en su pequeño bungalow cerca de los muelles. Rosa recuerda: “recuerdo cuando Paul de jovencito solía sentarse en la alfombra de mi pequeña vivienda para practicar con su guitarra. A veces se acercaba la gente mayor que salía a pasear por los malecones y se paraban solo para escuchar lo que tocaba. Le solían gritar cosas en alemán, pero él no entendía nada. Eran una audiencia muy dura, sobre todo porque no entendían para nada lo que Paul estaba tocando”.

El alojamiento de Los Beatles consistía en dos habitaciones que compartían detrás de las pantallas del cine Bambi, a donde acudían para utilizar los baños y lavarse. Ahí no tenían facilidades para cocinar por lo que solían frecuentar la “British Sailor Society” cuyo dueño era un tal Mr. Hawk quien les brindaba tazones de Corn Flakes y leche.

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