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6 DE MAYO DE 1977

Cuatro días después de que una grabación en vivo no oficial llega a las tiendas, The Beatles At The Hollywood Bowl, una selección de canciones re-mezcladas por George Martin, grabadas durante los conciertos en vivo del 23 de agosto de 1964 y el 30 de agosto de 1965, es lanzado por EMI. EMI anuncia que están previendo ventas cercanas al millón de copias y han destinado más de £300,000 para la campaña de promoción del Hollywood Bowl. £245,000 de éstas irán para las tres semanas de comerciales de TV que comprenden filmaciones distintivas de los Beatles en vivo en el Hollywood Bowl en 1964, £20,000 para avisos de radio mientras que más de £25,000 han sido asignadas a la elaboración de tableros de propaganda para ser exhibidos en los negocios de discos. La lista completa de canciones del álbum es: Lado uno: 'Twist And Shout', 'She's A Woman', 'Dizzy Miss Lizzy', 'Ticket To Ride', 'Can't Buy Me Love', 'Things We Said Today', 'Roll Over Beethoven'; Lado dos: 'Boys', 'A Hard Day's Night', 'Help!', 'All My Loving', 'She Loves You', 'Long Tall Sally'.


Pronto salen a la superficie historias de cómo estas cintas han languidecido en los archivos de Capitol Records en los Estados Unidos por más de una década. Al momento de su grabación, tanto el sello como Los Beatles las estimaron inadecuadas para el lanzamiento. Uno de las mayores razones era que el sencillo equipo de grabación de tres pistas era incapaz de ahogar los gritos de 17.000 fans histéricas. Esto hacía imposible el balance de la mezcla. También, Los Beatles, ejecutando sin ningún altavoz de “retorno”, no podían ni siquiera escuchar lo que estaban tocando. La principal razón de Los Beatles para no permitir que estas grabaciones vieran la luz del día en los 60s era porque no contenían ninguna canción nueva de los Beatles, y en cambio, presentaba canciones que estaban fácilmente disponibles en cualquier grabación oficial de Los Beatles. Se estuvo de acuerdo en archivar estas grabaciones hasta comienzos de 1977 cuando EMI y Capitol, frescos por el éxito de Rock 'N' Roll Music y la re-edición de los simples en el Reino Unido, dieron una nueva mirada a las cintas, embaucados a hacerlo por algunas estaciones de radio de Estados Unidos quienes comenzaron a pasar los álbumes piratas de las cintas del Hollywood Bowl bajo la apariencia de estar pasando las “cintas originales de Capitol”.

El productor de los Beatles, George Martin, se ocupa de la historia: “Bhaskar Menon, el presidente de Capitol Records, menciona estas cintas y me pregunta si las he escuchado porque la compañía estaba interesada en lanzarla como un álbum. Mi reacción inmediata fue que, hasta donde podía recordar, las cintas originales del concierto de 1964 tenían un sonido de mala muerte. Le dije a Bhaskar: ‘No creo para que nada que tengas algo aquí’. Había una tremenda cantidad de grabaciones piratas de los conciertos de Los Beatles en todo el mundo. Pero cuando escuché las cintas del Hollywood Bowl me sorprendí de la crudeza y vitalidad de Los Beatles cantando. Había olvidado totalmente el impacto que tuvieron. Así que le dije a Bhaskar que vería si podía poner las cintas a la altura de las grabaciones de hoy en día”.

Trabajando con el ingeniero de estudio Geoff Emerick, quien también había trabajado con Martin en muchas de las sesiones originales de Los Beatles, su primera tarea fue transferir las cintas de tres pistas a una grabación moderna de 24 pistas. Una vez logrado esto, la siguiente tarea de Martin fue elegir el material para el álbum. Algunas canciones fueron descartadas debido a que la música estaba completamente tapada por los continuos gritos y, durante una parte del show, un micrófono se arruinó completamente, haciendo las voces en vivo inaudibles por casi cinco minutos. “Ambos conciertos fueron casi idénticos”, agrega Martin, “y había muy poca variación en el repertorio. Así que más que tratar de mantener las dos presentaciones cronológicamente separadas, pensé que lo mejor era hacer una presentación completa de las dos”.

La siguiente tarea de Martin fue obtener el permiso de todos los ex-Beatles. “Tenía que ir a Nueva York, de todos modos”, recuerda, “así que telefoneé a John y le hablé de las grabaciones. Le dije que había sido muy escéptico al principio pero ahora estaba muy entusiasmado porque pensaba que el álbum sería una pieza histórica, que debía ser preservada. Le dije a John, ‘Quiero que lo escuches antes de que me vaya. Puedes ser tan rudo como quieras, pero si no te gusta pégame un grito’. Hablé con él al día siguiente y estaba encantando”.

No es sorpresivo que la reacción tanto de George como Ringo no sea tan entusiasta.

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