Paul y Linda son ambos multados con £ 100 después de la declaración de culpabilidad a un cargo por cultivar cinco plantas de cannabis en su granja en Campbeltown en Escocia, después de una incursión por la policía el 19 de septiembre del año pasado.
El tribunal oye que un oficial de prevención de crimen visitó el estado de McCartney (dos granjas llamadas High Park y Low Ranachan) para comprobar que era seguro pero notó cinco plantas que crecen en el invernadero con tomates. Lo vio sospechoso y, volviendo a la comisaría, leyó un libro de consulta que los identificó como cannabis. Por consiguiente, tres cargos son traídos contra Paul: una por cultivar plantas de cáñamo, a las cuales él se declara culpable, y otras dos por posesión y tenencia de cannabis a lo que él se declara inocente, y que posteriormente son retirados.
Después de la audiencia en el tribunal del sheriff Campbeltown, Paul cuenta su caso: "No pienso que el cannabis es tan peligroso como la bebida. Estoy totalmente en contra de las drogas duras. Debería ser como la homosexualidad; legal entre el consentimiento de adultos... pero el magistrado fue dulce. Debo admitir que realmente esperaba que mi multa fuera peor". Entonces continúa diciendo en broma: "Yo pensaba escribir unas canciones en la cárcel".
Su abogado sigue el caso de Paul, diciendo a los reporteros que, "las plantas habían sido nacidas de semillas enviadas por un admirador". También admite que esta carga, como con el caso de John de 1968, podría tener un efecto serio sobre la carrera de Paul en EEUU. Más tarde, los McCartney alquilan un avion y van a Londres para reasumir el trabajo sobre su especial de televisión James Paul McCartney.
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